VIRGINIA HERNÁNDEZ: Ingresa al Sistema Nacional de Creadores de Arte en 2018 y obtiene ese mismo año, por unanimidad, el Premio al Creador Emérito de
Baja California.
Virginia Hernández (Ixtapa Nayarit, enero 31 de 1959) Egresada de la Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro de la UNAM, es además Socióloga y Maestra en Ciencias Sociales por la UABC. En su propuesta dramatúrgica se percibe la influencia de su formación sociológica al abordar temas sociales como la migración y su predilección por dar voz a personajes en situación vulnerable como los niños y las mujeres. Asiste a talleres de dramaturgia con Hugo Salcedo, Vicente Leñero, Enrique Mijares, Jaime Chabaud, entre otros.
Es dramaturga, actriz, directora de escena, y cuentista. Ha sido maestra, investigadora, y tallerista en la Universidad Autónoma de Baja California, así como en asociaciones independientes en Baja California. Actualmente es codirectora de la Compañía Ensamble-Teatro y Miembro del Consejo Consultivo del Instituto de Cultura de Baja California.
De 1990 a 2014, asume la dirección del Taller Universitario de Teatro de Ensenada de la UABC. Entre sus puestas en escena más representativas se cuentan: Las dulces compañías de Oscar Liera (Muestra Nacional de Teatro de Xalapa, 1995), Guerrero Negro de Rascón Banda (XX Muestra Nacional de Teatro, 1999 Tijuana, B.C.) y La zona del silencio de Antonio Zúñiga (IV Encuentro Regional de Teatro, 1998, Tijuana, B.C.). En 1999, 2000 y 2001, organiza y coordina junto con Fernando Rodríguez Rojero “El Festival: teatro para los niños” con el que se inicia un proceso de profesionalización de los colectivos dedicados a las artes escénicas para público infantil.
Ha escrito una veintena de obras dramáticas y 11 cuentos. Su textos han sido editados en México, España, Cuba y Argentina y ha sido objeto de análisis en Italia, Estados Unidos y México y representados en las Muestras Nacionales de Teatro (Tijuana, 2004 y Toluca, 2015).
En el ámbito nacional ha sido jurado del área de Teatro en los Proyectos del FOECA (Baja California Sur, 2001); Miembro de la Comisión Dictaminadora del PACMYC (Baja California, 2002); Jurado en el área de Teatro de los Premios FOECA (Sinaloa, 2009). Becaria del FOECA “Creadores con Trayectoria” (1997,1999 y 2006); Premio Nacional de Literatura “Ciudad de Mérida” (2000); 9º. Programa Nacional de Teatro Escolar (2003); Premio Nacional de Teatro Infantil y Juvenil (Jalisco, 2005); Premio Estatal de Literatura (1998, 2006 y 2014).
En el ámbito internacional: Por su obra Border Santo recibe Mención Honorífica y publicación en el Premio “María Teresa León” para dramaturgas Iberoamericanas de la ADE (España 2001); en 2010, es seleccionada para formar parte de la Antología de Teatro Latinoamericano (1950-2007) Tomo II “Premio Teatro del Mundo 2010” editado por la Universidad de Buenos Aires. Su obra Ilegala, es invitada para ser incluida en: Visiones Conjuntas. Reflexiones sobre la Fénix de América de escritores mexicanos y cubanos (Cuba, 2010); en 2014 seleccionada por la Central School of Speech & Drama University of London, para participar en el Accidental Festival en The Roundhouse en Londres, en el V Festival Internacional de Monólogos República Dominicana (2015) y en el IX Festival Internacional de Teatro CSN USA INC (Nueva York, 2015) y es nominada para los premios ACE 2016, por la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York como mejor dramaturgia.
DRAMATURGIA DE VIRGINIA HERNÁNDEZ
SU DRAMATURGIA
ILEGALA
· (2010). Visiones Conjuntas. Reflexiones sobre la Fénix de América de escritores mexicanos y cubanos. Terra dell´ Arte/ UNEAD / Unión Francesa. pp. 124-146. La Habana, Cuba
· (2013). Dramaturgia del Noroeste. México: Universidad Autónoma de Sinaloa/ Universidad Juárez del Estado de Durango /UJED
pp. 99-116. Durango, México.
Ilegala -palabra en femenino forzado por las circunstancias en un mundo cuya gramática todavía no aprende a diversificar los géneros- , un texto donde la protagonista es la mujer que apela a la solidaridad de otras mujeres, aquell@s adalides de la historia de la humanidad cuya presencia y actividad destacan como defensoras de los derechos y las igualdades. La factura de esta obra obedece a la madurez tanto literaria como de militancia en las causas sociales que la autora ha sostenido a lo largo de su vida. Sí, la sola lectura de Ilegala nos precipita en un vertiginoso monólogo habitado por múltiples voces. (Enrique Mijares)
LA CIUDAD DE LA MOSCAS
· (2008). Hotel Juárez. Dramaturgia de Feminicidios. México: UJED- Espacio Vacío / Conaculta-INBA (Teatro de Frontera 22/23) Durango, México.
La personificación de Juárez y las referencias mítico-bíblicas en La ciudad de las moscas de Virginia Hernández, se combinan con el concepto grotesco de las mujeres difuntas convertidas en moscas, símbolo de la muerte y la putrefacción. (Rocío Galicia)
BORDER SANTO
· (2001). Mención Especial en el Premio “María Teresa León, 2000” Dramaturgia Iberoamericana de la Asociación de Directores de Escena de España. No. 32, Barcelona, España, 2001.
· (2003). Teatro de Frontera 11 México: UJED-Espacio Vacío/ Conaculta-INBA/ Ateneo Puertorriqueño pp. 57-97
· (2004). Dramaturgas contemporáneas mexicanas. Comp., textos y trad. de Silvia Peláez; fotografías de Christa Cowrie. CD. (Colec. Creadores y Personalidades, de la Biblioteca Digital 1)
· (2010). Antología de Teatro Latinoamericano (1950-2007) Tomo II. Compilación: Lola Proaño Gómez- Gustavo Geirola. Pp. 653- 692. Argentina: In Teatro Editorial (Colección Estudios Teatrales). Buenos Aires, Argentina.
Una propuesta “fronteriza” tanto en su materia dramática como en su tratamiento, concretado en breves escenas, que se articulan en torno a la entrada ilegal de los espaldas mojadas en el paraíso del dólar. (Manuel F. Vieites)
SANBORN’S LIGHT
· (2002). Sanborn´s Light. Centro de Artes Escénicas del Noroeste. Col. Los inéditos, 11. Tijuana, Baja California.
Parodia de la situación donde los personajes, con oficios con los que podría reconocerse cualquiera, se transforman en marionetas imparables hablando, actuando y viviendo a una velocidad fuera de registro (…) Es evidente la malicia de esta autora que de inmediato exhibe su experiencia de los que es, de lo que puede y debe ser un teatro para la escena. (Vicente Leñero)
SU NARRATIVA
LOS FANTASMAS DE DOUGLAS
· (2008). Premio Estatal de Cuento, 2006. México: ICBC/Gob. del Edo. pp. 13-79 Mexicali, Baja California. [Incluye los cuentos: Miramar, Los Ángeles, Calera, Huachinango, Pure, Southwest, Misa de seis, El desierto, La pequeña Tijuana, La Cacería, El hombre en el río]
· Los fantasmas de Douglas, una compilación de once cuentos hermanados por la ilegalidad en su sentido más amplio: La ilegalidad de los personajes en el cruce de la frontera en busca del sueño americano; la ilegalidad en el sentido de la trasgresión de los cánones literarios del cuento, porque transitan de un lado a otro entre las dimensiones de la narrativa y el drama, trastocando a veces los terrenos de la lírica; ilegalidad en tanto traspasan impávidos las fronteras entre la vida y la muerte. La autora combinó elementos de la dramaturgia y retomó uno de los temas predilectos en su obra: Los indocumentados. (Miguel Ángel Avilés)
LOS FANTASMAS DE DOUGLAS
Miguel Ángel Avilés
avilesdiván@hotmail.com
El lenguaje, ese gran río de palabras, puede ser un disparo hermoso que infaliblemente va y pega ,con lacerante dulzura, en pleno corazón.
Un libro es una contemplación: agua en el fondo, agua inevitable que al asomarnos a él, nos pone frente a nuestro propio reflejo.
Los Fantasmas de Douglas, de Virginia Hernández , es un libro de cuentos pero también puede ser una obra en once actos que después de la tercera llamada nos coloca frente a frente con esa atmósfera que recubre al proceso migratorio y que va desde la nostalgia, el destierro, la ilusión, los sueños, la indolencia, el espejismo, la muerte.
Es el contar, a través de historias duras, la intentona, siempre inclemente, casi nunca con final feliz, de esas criaturas que han liado sus bártulos allá en la tierra del nacimiento y del sentimiento, con la sola idea de llegar a la frontera, moverse en la frontera, pasar por la frontera, parapetarse en algún lugar de la frontera o cruzar hacia el otro lado por la frontera.
Sí, la frontera: esa que ha de verse, en efecto, como la colindancia que divide a la adversidad mexicana del porvenir norteamericano, pero, sobre todo, como la última apuesta y la última esperanza de algunos para encontrar el sosiego económico perdido en su propio país. Irse, esperar, estacionarse, pernoctar, regresar o quedarse: en esta baraja de opciones esta la disyuntiva que se guarda a veces indefinidamente en la maleta repleta de quimeras que pesa en sus alforjas. Otros, no se si los mas, que también buscaban esto, lo único que encuentran es la muerte.
En estos cuentos brota, salta y está a la vuelta de cada página un combustible que les es común: la necesidad, que no ilegalidad, ese escurridizo concepto atribuido a los migrantes para confrontarlos, como si fueran sus caras, contra un sol ardiente: esa legalidad aparentada, una legalidad ficción, una legalidad podrida, agrietada que representa en escena una gran farsa donde dos actrices, la nación y la justicia, ejecutan un dialogo como escrito ex profeso, para dos envejecidas putas.
Compromiso, indignación, defensa, combate en el frente de batalla. Nudo en la garganta, denuncia, reporte o saldo de los daños de lo que hemos sido, de lo que estamos siendo en el iracundo tema de los migrantes. Todo esto pudiera ser este éxodo de historias que marchan rumbo al norte en un trote solitario, árido e infecundo pero que gracias a la prosa liviana, verosímil, diáfana y, creo que vale decirse, sabrosamente Rulfiana, esquivan la seductora trampa del panfleto y enderezan el rumbo hacia ese oasis fresco y dulce donde siempre abrevará con gozo la buena literatura.
Quien de los dos sufre mas pena: ¿el que se va o el que se queda? entona con añoranza esa canción y antes de responder uno mismo con pedante análisis, Cesar Vallejo emigra desde su tumba como ánima, como fantasma y obsesionado como siempre ante el problema de la vida y de la muerte, el poeta me echa una manita ofrendándome con delicadeza su sapiencia solidaria:
“Y yo te digo: Cuando alguien se va alguien queda. El punto por donde pasó un hombre, ya no está solo. Únicamente está solo, de soledad humana, el lugar por donde ningún hombre ha pasado.”
Ir rumbo al norte es ir cargando con un retrovisor sobre nuestra propia vida a cuestas que nunca dejas de ver. En el primer cuento nombrado Miramar, es un hombre a la mitad del río el que lleva en ancas ese pasado para contarle los recuerdos como una última canción de cuna a su hijo Chinto que no lo sabe o no lo quiere saber muerto como él quedará después, luego, enseguidita, a poco rato de que las balas han dado en el blanco:
“Mira, mijo, como se ven las luces de la ciudad; si hasta parecen luceros colgados del firmamento. Como racimos de mangos.”
“¿Te acuerdas de los mangotes que daba el árbol del camino a Miramar? Eran de lo de Gertrudis Sánchez. La ramas salían a encontrarnos al camino…y pos si a los mangos se les antojaba cruzarse
los linderos, uno no tenía la culpa.”
¿Dónde están situados cada uno de estos hechos? ¿Dónde los cuentos de Los Ángeles, Calera, Huachinango, Puré, Misa de seis, El desierto, Tecún Umán (la pequeña Tijuana), La Cacería, El hombre en el río? ¿Dónde está lo corpóreo, el espíritu, los huesos hechos polvo, el recuerdo, la memoria, el olvido, el riesgo, el sacrificio, los deseos y las ansias de Juan, de Alminta Peinado, Paz Monteón, Don Ladislao, sus demás hijos. Donde el último respiro y donde la última exhalación de Albita de dos años y Jaime de Siete, de la propia voz del Desierto, del Padre Felicitas, de Rubén cazado a mordidas por lo perros y rematado con un balazo en el pescuezo por esos hombres de español masticado montados a caballo; o de Lupe el niño-adolescente que desde Veracruz se vino de trampita en los trenes o de aventón en los camiones hasta la frontera y un día, luego de guarecerse con otros mas en un galerón oscuro como su final, fue encontrado muerto en el desierto de Arizona “con claros indicios de haber sido violado numerosas veces”.
“Todos han partido de la casa, en realidad, pero todos se han quedado en verdad. Y no es el recuerdo de ellos lo que queda, sino ellos mismos. Y no es que ellos queden en la casa, sino que continúan en la casa” me responde de nuevo el propio Vallejo y se va volando quien sabe a que refugio.
Yo, mientras tanto, diviso un cielo azul grisáceo que se entiende por toda la orilla de Tijuana, de Nogales, de Piedras Negras, de Juárez, de Laredo, de Reynosa y siento la llegada de un vientecito fresco y sureño de esos que hay allá por Zacatecas, por Jalisco, por Guanajuato, por Ciudad Hidalgo Chiapas.
Y cuando señalo a esta última se aparece retadora, pesadamente frente a mí, la descomunal seño Torina, la de Guaraparí, indolente lenona de Tecún Umán, uno de los principales centros de prostitución de Centroamérica.
Tecún Umán, sí, ahí donde también habita “el Tambuco”, un hombre negro de lamosos dientes disparejos, con severo retrazo mental que un una vez llego de las Antillas y que ahora se afana como enterrador.
Estas son algunas de las criaturas que se alojan en el libro de Virginia Hernández, una autora que contrario a lo que hacia el Tambuco con los muertos, ella, convertidos en fantasmas, los exhuma y nos los presenta en carne viva a través de estos relatos.
Están ahí, en fila como yendo a la tierra prometida y justo en medio de todos partiendo el libro en dos, como muro, como franja, como malla, como un río bravo creciente y sumamente peligroso, está ese cuento que obvié con intención líneas arriba: Southwest, el que deja constancia del hombre blanco personificados por esos rancheros de Douglas que apuntan hacia el sur con sus rifles de caza entre las manos.
Estos cuentos, sin duda, pueden leerse como un palindroma literario. Inícielos de norte a sur o de sur a norte. En ambos polos, aun con el dolor que los parió, estará esperando al lector una frontera: La belleza.
María Elena López Ramírez a quien la autora dedica el libro, nuevamente ahora puede sentirse satisfecha: su hija, Virginia Hernández , le ofrece con esta obra, una prueba irrefutable mas de
que le aprendió a imaginar sin miramientos.
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En la presentación de dicho libro. Reseña publicada el 27 de Abril de 2010.
Los textos aquí publicados se pueden descargar para su lectura, si alguno es utilizado para otro propósito, como un estudio o investigación, agradecemos que se incluya la referencia
de esta página. Si se quiere llevar a escena alguna de las obras dramáticas se debe solicitar el permiso correspondiente a la autora, al correo electrónico: vickyhernandezlopez@hotmail.com